La corrida como rito

©Michelle Chaplow

La corrida de toros es un rito, tiene una liturgia que se cumple paso a paso y de la que son solo protagonistas el toro y el torero en el ruedo. Un rito, que requiere un sacrificio, y que es un sacrificio de muerte de verdad.

Y es esa y no otra la justificación del rito, del espectáculo, de la corrida, de la fiesta. La muerte. El hombre en su infinita orfandad, en su atroz miedo a la muerte, busca una salida. Busca transcenderla. Busca la inmortalidad.

El drama del hombre se ve por unos instantes resuelto: El torero que representa al hombre, vestido de gala porque la cita con la muerte así lo requiere, burla, juega, y sentencia a la propia muerte que es el toro.

El rito se ha consumado, el toro ha muerto, el torero ha triunfado. El hombre ha vencido a la muerte. Hoy ya es inmortal.